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de Rata Touille - martes, 21 de abril de 2020, 15:41
Todo el mundo

Hoy os voy a hablar del tema de los huevos.
No sé si os parecerá interesante o no, si sabréis ya todo lo que voy a contar, si no lo sabréis y tampoco os importa... pero eso pasa siempre que se escribe ¿no?
Llevo tiempo queriendo tratar temas como éste y va siendo hora.
Si os interesa, eso sí, contádmelo (basta un “Sí, me interesa” ;) ) a fin de que me anime a seguir escribiendo sobre cosas así. Espárragos y legumbres dando la vuelta al mundo, el escalofriante caso de las patatas egipcias adornadas con Sphagnum irlandés (éste, como encuentre el vídeo, lo pongo seguro), cómo privatizar un método de cultivo o denunciar a agricultores porque el viento arrastra semillas, entre otros, están a la espera.

Voy a hablar de huevos pero el tema aquí es el trato que se da a los animales. Gallinas en este caso.
Opinión personal en esto: Yo considero hay una ceguera y una falta de información, publicidad o denuncia, enorme respecto a las condiciones de vida de animales domésticos utilizados en producción de alimentos. No sé cuál es el motivo, personalmente no lo entiendo. No hablo de no preocuparse por las condiciones de vida de los animales (cada uno se preocupa por lo que le apetece) sino al modo en que la atención se centra en otros grupos. A veces creo que es una cuestión de que se da por perdido el caso de los de producción, como si no hubiese opciones ni remedio. Sí, quizá se logre que se prohíban las corridas de toros pero nadie va a lograr que se prohíba el comercio de huevos o carne. Sin embargo, se pueden mejorar las condiciones en que viven los animales.

Vivimos en una sociedad de consumo y el consumo es una forma de actuación. El cambio en los hábitos de consumo provoca un cambio en los sistemas de producción. Es lento, muy lento, pero es seguro y funciona a largo plazo.

Mientras consultaba información para escribir esto, me encontré una encuesta con un dato interesante: Alrededor del 70% de los consultados afirmaban ignorar las diferencias entre gallinas criadas en jaulas, suelo, camperas o según los métodos de producción ecológica. Sin embargo, de nuevo un 70% decía que estaría dispuesto a pagar más por huevos provenientes de gallinas criadas en mejores condiciones. Hay por tanto un amplio grupo de consumidores con interés en el tema pero que lo desconocen.

No pretendo aquí demonizar ni ensalzar nada. Sólo informar un poco.
Intentaré ser objetiva. En este caso, de hecho, voy a decir poco más que lo que pone la ley.


El tema de los huevos, con el que empiezo es de lo más sencillito.
Aunque parezca complicado: Tú te vas a la tienda, te pones delante de los huevos y ahí te encuentras con los omega 3, los camperos, los grandes, los medianos, los que tienen una foto de gallinas en un prado y los que no, y probablemente algún otro que yo me haya perdido.
Y el caso es que todos los huevos parecen iguales (si te olvidas del precio y lo que ponga el envase), y el caso es que casi lo son.

(No voy a entrar en el caso del omega 3, porque no guarda relación con el tema de trato a los animales y porque acabo de decidir currarme otra entrada sobre los productos “tipo omega 3” y la publicidad engañosa. )

A continuación, la diferencia que no se ve: Da igual la imagen en el envase, lo que importa es el código y la letra pequeña.
Actualmente, en España, cada huevo debe tener impreso un código. El primer número de ese código puede ser 0,1,2,3 y cada uno significa lo siguiente:
-0: Producción ecológica.
-1: Producción campera.
-2: Producción en suelo.
-3: Producción en jaulas.
Aparte y mucho más fácil de consultar, el envase debe incluir la leyenda correspondiente: “Huevos de gallinas criadas en jaulas/suelo/camperas/producción ecológica”. Suele estar en letra pequeña pero siempre está.

Nutricionalmente, no se han encontrado diferencias importantes entre los cuatro grupos. Respecto a sabor, hay opiniones. El tamaño no guarda relación con este aspecto (sí con otras cuestiones relacionadas con la producción).
Yo he encontrado artículos en los que se afirmaba que la probabilidad de contaminación microbiológica sí se veía afectada. Sin embargo, un estudio de la OCU realizado en 2008 muestra que los análisis microbiológicos estaban dentro de lo establecido por la normativa en todos los casos, con distintos tipos de producción. En el mismo estudio, se marcaba que los de producción ecológica eran los únicos sin ningún residuo de medicamentos veterinarios, presentándose en los demás en cantidades no peligrosas para el ser humano.

La verdadera diferencia, por tanto, es la forma en que vive la gallina que ha puesto el huevo. Y, aquí, la diferencia va de una gallina encerrada en una jaula toda su vida, disponiendo de un espacio propio del tamaño de una hoja DIN A-4 y menos de medio metro de altura; a una gallina nunca enjaulada, con acceso al aire libre y un suelo cubierto de vegetación, en densidades no superiores a una gallina por cuatro metros cuadrados en la zona abierta y menos de seis gallinas por metro cuadrado en el gallinero.
La disponibilidad de mayor espacio además reduce el estrés de las aves y evita agresiones y canibalismo.

Y estos son algunos apuntes de lo que dice la ley respecto a mínimos exigibles:
-Producción en jaulas:
·Desde Enero del 2003 no se pueden realizar nuevas instalaciones de producción que incluyan jaulas no acondicionadas. Sin embargo, hasta 2012 se pueden mantener las preexistentes.
Jaula no acondicionada significa: Cada gallina debe tener disponible como mínimo 550 cm cuadrados (un cuadrado de 23.4 cm de lado). La altura de la jaula debe ser un mínimo de 40cm en un 65%, mínimo de 35cm en el resto (una gallina puede medir hasta 50cm.) El comedero debe medir un mínimo de 10cm por gallina. Pueden tener una inclinación de hasta 14º, mayor según determinadas condiciones.
·Jaulas acondicionadas: 750 cm cuadrados por gallina (27cm de lado), 12cm de comedero por gallina. La jaula no podrá medir menos de 2000 cm cuadrados (45cm de lado).
No hay diferencia en la clasificación del huevo según se críen en unas jaulas u otras.

-Producción en suelo:
Los mínimos para comederos y bebederos se reducen (las gallinas pueden moverse), la disponibilidad de espacio disponible (no total) pasa a regularse según un máximo de 9 gallinas (12 en algunos casos particulares) por metro cuadrado. Un nido como poco para 7 gallinas. En nidales colectivos, máximo 120 gallinas en nidal de 1 m cuadrado. 250 cm cuadrados de yacija (para escarbar, necesidad etológica de la gallina) por gallina. 4 o menos niveles superpuestos con distancia mínima entre ellos de 45 cm. Pueden tener acceso al exterior (según yo lo entiendo, también pueden no tenerlo).

-Producción campera:
Deben cumplir todo lo anterior y además tener acceso libre al exterior durante todo el día . La zona exterior debe estar cubierta de vegetación en su mayor parte, 4 m cuadrados mínimos por gallina (excepciones con mínimo de 2.5 m cuadrados)

-Producción ecológica: Un mínimo del 80% de la alimentación debe ser de producción ecológica, el 65% cereales y debe incorporar forrajes.
Las condiciones son: máximo de 6 gallinas por metro cuadrado en el gallinero, nunca en jaulas, mínimo de 4m cuadrados de espacio exterior por gallina, no más de 3000 gallinas por gallinero siempre que se mantengan las densidades (existiendo otra restricción de número en relación con la cantidad de excrementos producidos).

No he puesto todos los datos y, por supuesto, esto son mínimos y no significa que las condiciones no puedan ser mejores en los cuatro casos. Pero hasta esos niveles se puede llegar legalmente.

Puede importarte o no, pero esto es lo que puede haber detrás de un huevo.
[ Modificado: martes, 21 de abril de 2020, 15:51 ]
 
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de Rata Touille - jueves, 9 de abril de 2020, 09:30
Todo el mundo

Según cuenta la leyenda, un agricultor se topó con unos huevos de pato que habían ido a parar a un charco de agua fangosa hacía mucho tiempo. Para su sorpresa, los huevos eran una delicia. Después de sobrevivir a esa primera degustación, decidió dedicarse a replicar este accidental manjar manualmente. Ya hace muchos siglos de esto, y todavía hoy los huevos milenarios se consumen con normalidad en China y Taiwán.

Los huevos milenarios, huevos centenarios, huevos de dragón o huevos de los mil años, son huevos de pato, gallina, codorniz, ... que son el resultado de preservarlos durante un tiempo, semanas o meses, en una solución de arcilla, cal, ceniza, cáscara de arroz, sal y té negro.

Forman parte habitual de la gastronomía china y tailandesa, principalmente.

Su aspecto es muy interesante. La clara se ha tornado translúcida, de color dorado a negro, y  encierra una yema ahora con círculos concéntricos en tonalidades verdosas y azuladas.
Aunque los huevos milenarios huelen diferente, con un componente a azufre y amoníaco  continúan teniendo un sabor a huevo duro pero cremoso, aterciopelado y con un punto dulce. Podrás apreciar una textura como de gelatina dura con un olor peculiar. 

Los huevos se pueden comer directamente o utilizarlos en multitud de platos. Aunque basta con pelarlos y cortarlos no son un plato para ser comido a bocados.

Uno de los platos típicos donde se utilizan es en las gachas de arroz o Congee, dónde se suele añadir un huevo milenario cortado en cubitos. También puede consumirse con jengibre encurtido cortados en trozos y aderezados con vinagre de arroz dulce. Una versión picante incluye chile picado y una salsa de chile. Otros de los platos más conocidos son los huevos milenarios con cerdo, albahaca y chile salteados, el tofu con huevo milenario o simplemente formando parte de una ensalada.

[ Modificado: lunes, 13 de abril de 2020, 16:06 ]