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de Rata Touille - jueves, 9 de abril de 2020, 09:30
Todo el mundo

Según cuenta la leyenda, un agricultor se topó con unos huevos de pato que habían ido a parar a un charco de agua fangosa hacía mucho tiempo. Para su sorpresa, los huevos eran una delicia. Después de sobrevivir a esa primera degustación, decidió dedicarse a replicar este accidental manjar manualmente. Ya hace muchos siglos de esto, y todavía hoy los huevos milenarios se consumen con normalidad en China y Taiwán.

Los huevos milenarios, huevos centenarios, huevos de dragón o huevos de los mil años, son huevos de pato, gallina, codorniz, ... que son el resultado de preservarlos durante un tiempo, semanas o meses, en una solución de arcilla, cal, ceniza, cáscara de arroz, sal y té negro.

Forman parte habitual de la gastronomía china y tailandesa, principalmente.

Su aspecto es muy interesante. La clara se ha tornado translúcida, de color dorado a negro, y  encierra una yema ahora con círculos concéntricos en tonalidades verdosas y azuladas.
Aunque los huevos milenarios huelen diferente, con un componente a azufre y amoníaco  continúan teniendo un sabor a huevo duro pero cremoso, aterciopelado y con un punto dulce. Podrás apreciar una textura como de gelatina dura con un olor peculiar. 

Los huevos se pueden comer directamente o utilizarlos en multitud de platos. Aunque basta con pelarlos y cortarlos no son un plato para ser comido a bocados.

Uno de los platos típicos donde se utilizan es en las gachas de arroz o Congee, dónde se suele añadir un huevo milenario cortado en cubitos. También puede consumirse con jengibre encurtido cortados en trozos y aderezados con vinagre de arroz dulce. Una versión picante incluye chile picado y una salsa de chile. Otros de los platos más conocidos son los huevos milenarios con cerdo, albahaca y chile salteados, el tofu con huevo milenario o simplemente formando parte de una ensalada.

[ Modificado: lunes, 13 de abril de 2020, 16:06 ]