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de Poisson Ivy - lunes, 6 de abril de 2020, 02:10
Todo el mundo

Algunas plantas y algunos insectos llevan millones de años llevándose bien. Lo cierto es que las plantas hacen buen uso de muchos tipos de animales con dos fines principales: la fecundación de sus flores y la dispersión de sus semillas, pero los insectos se quedan casi todos los puestos, (los reservados a animales), en lo de fecundar flores. Pero lo de los Ficus va más allá.

 

El género Ficus, cuyo nombre deriva de la denominación latina del higo, se caracteriza por su inflorescencia-infrutescencia: El sicono. El sicono es ambas cosas, inflorescencia e infrutescencia. Esa bolsita piriforme no cambia de forma externa a lo largo de su desarrollo, sólo va creciendo y, al final cambia de color. Pero, desde que aparece el higo hasta que cae, en su interior ha pasado de todo. Primero, se forman flores diminutas de tres tipos: masculinas, femeninas de pistilo largo y femeninas de pistilo corto. Atraídas por las flores llegan avispas hembra, que han salido del interior de otro sicono. En el caso particular de la higuera, Ficus carica, son avispas Blastophaga psenes, en otros Ficus, otras especies. Las avispas hembra entran por el operculo distal y ponen huevos en el interior de las flores femeninas... pero sólo logran alcanzar el interior de las de pistilo corto. Eso hace que, en las de pistilo largo, sólo dejen el polen que llevaban adherido a su cuerpo. En este punto, tenemos huevos de avispa "parasitando" las flores de pistilo corto y flores (las de pistilo largo) fecundadas. Las flores fecundadas generan frutos tipo aquenio, esas semillas que hay en los higos. Y, mientras, los huevos eclosionan y salen las avispas. Los machos fecundan a las hembras (aún no ha salido nadie del sicono). Cuando estas avispas de nueva generación van naciendo, maduran las flores masculinas (exacto, cuando las femeninas ya están en fruto). En este punto, tenemos dentro de la bolsa machos de avispas, hembras de avispa fecundadas y flores masculinas creando polen. Los machos abren camino, atravesando la pared del sicono, las hembras salen arrastrando parte del polen y... se van volando a otro sicono. Desde aquí, volvemos al principio de la historia y del ciclo de la avispa.
¿El resultado? Un insecto que vive dentro de una bolsa de comida, salvo en ese corto período en que se va a poner huevos a... otra bolsa de comida. Y una planta que tiene asegurada una fecundación a la carta.
Hace alrededor de 80 millones de años los Ficus y diversas familias de avispas comenzaron la relación mutualista, la de comida a cambio de fecundación, que provocó una coevolución íntima. Esta intimidad llega a tal punto que, a pesar de que existen unos 90 géneros conocidos de avispas polinizadores de Ficus, más de la mitad de especies de Ficus son polinizadas por un tipo específico de avispas.
Y esta es la historia del sicono, la respuesta a la vieja pregunta de si la higuera tiene flores (sí, muchas) y una visión rápida de un mutualismo que resulta beneficioso para las especies que lo protagonizan, pero también para la inmensa cantidad de animales que se alimentan de siconos, abundantes y calóricos, cuando nadie más da fruta.

Más info:

Asociación evolutiva entre la higuera común y las avispas Tiene un fantástico dibujo por si te has perdido en el ciclo vital de la avispa

[ Modificado: jueves, 9 de abril de 2020, 11:46 ]